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Dejadme
soñar,
dejadme
levantar el vuelo hacia el infinito,
hacia mi
propio ser.
La distancia
entre mi cuerpo y mi espíritu
es una
variable energética.
Reventará la
razón en mi mente
si viene del
mundo,
pero si viene
de mí mismo
encontrará su
morada armónica.
La grandeza
cósmica no está en el espacio,
en el tiempo
tampoco,
está en el
espíritu armónico.
Cuando uno
llega a sí mismo,
ha encontrado
la razón de ser.
Han querido
limitarme al mundo,
a sus razones
e imposiciones,
a sus leyes,
pero no
reconozco más ley
que la de
causa-efecto,
la única que
armoniza con la naturaleza,
y si todavía
no soy totalmente libre,
al menos que
me dejen intentar serlo.
Impersonem.