Imagen de Wikipedia.
Pajaritas de papel sobre la mesa
donde escribo algunas cartas
destinadas al amor.
El recuerdo en el mantel
de una noche con velada.
Una cama bien vestida
donde el desnudo se ampara.
Una foto envejecida
que provoca algunas lágrimas.
Un error descontrolado
que atenaza las entrañas.
Un callado en el silencio
mientras la cabeza estalla.
Una luz que está encendida
pero la mano la apaga.
He mirado.
He visto.
He escrito.
Y es que hay veces
que el recuerdo te acorrala,
la memoria se prolonga hasta muy atrás,
los fantasmas del pasado se presentan
y te dicen que se quedan a cenar.
Esta historia no sé bien a qué ha venido.
Puede ser que el subconsciente sepa más.
Pero ahora estoy en el consciente
y no tengo muchas ganas de pensar.
Impersonem.