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Tablilla sobre el diluvio,
del poema de Gilgamesh
(Seglo VII a.c.)
Museo Británico.
Hoy encontré un verso que creía perdido...
¡qué contento me puse!
¡qué alegría me dio!
Lo miré con cariño.
Lo abracé con mi voz.
Lo canté en mi memoria
y ¡qué bien me sonó!
Como a un hijo pródigo
que en el mal se perdió
y a llamar a la puerta
de su padre volvió,
le abrí yo la puerta
de mi corazón.
Impersonem.