sábado, 20 de octubre de 2018

TIEMPOS DE VENDIMIA Y BODEGA

                                         Imagen bajada de Wikipedia.




¿Cuántos panes nos hemos comido?
¿Cuántos peces se nos fueron nadando?
El afán se nos hizo milagro
y las cubas se llenaron de vino.

Conversamos en un rato perdido
de las bazas que habíamos ganado
en el juego hostil de la vida,
sugiriendo no sé quién del grupo
que más que las bazas cuentan los tantos;
señalando, a su vez, con acierto y concierto,
que cada juego tiene sus apaños;
que en el mus los ases valen algo,
pero son los reyes los que imponen su brazo;
y por ello es preciso saber
qué descartes se van de la mano.

Sin embargo, en la brisca
es el as el que reina…
y si tres se reúnen en un mismo triunfo
al rey de los hunos
al caballo de otros
y a las sotas o sotos
les infligen derrota o derroto.

Y después de bebernos el vino,
empezamos a cantar mentiras,
y las liebres se hicieron marinas
y el monte se llenó de sardinas;
y después de mentir sobre frutos en árbol
nos metimos en un buen melonar…
nos comimos un melón de verano
y los de invierno ¡ya se verá!

Y ganamos un tiempo perdido
hablando del azar y sus reglas
(paradojas aparte)

y después de bebernos el vino…
y después de montar una juerga…
y después de contar cien mentiras…
nos volvimos a casa con sonrisa abierta…

y el futuro vendrá con sus panes
y habrá peces que escapen del plato
y habrá afanes que obren milagros
y mentiras que cambien las liebres por gatos
y habrá bazas vacías sin tantos
y entre reglas y azares
nos jugaremos con gusto la vida.

Impersonem.

jueves, 11 de octubre de 2018

SEGÚN LO PIENSO, ASÍ LO ESCRIBO...




                                                           Imagen tomada de Wikipedia.


Dicen los doctos poetas
que hay que escribir con estilo;
tal cosa me tiene en vilo,
pues no encuentro sus recetas…

Creo que tienen buen criterio,
lo que pasa es que su arte
para mí es un misterio
que no encuentro en ninguna parte.

Yo no respeto las reglas
de las de hacer poesía;
las incumplo con nocturnidad
y, a veces, con alevosía.

Escribo como lo pienso.
Lo pienso como lo escribo.
Nada le cedo al incienso.
Nada paso por el cribo.

Anarquizo cada estrofa
y desordeno la rima,
mis letras de baja estofa
hasta a mí me producen grima.

Soy más rústico que fino.
Acierto cuando no fallo.
A veces me creo gallo
si al escribir tomo un vino.

Cuartetos y redondillas.
Serventesios y cuartetas.
Para llegar a esas metas
no hay que andar de rodillas.

Basta con dar rienda suelta
a la imaginación herida,
que las nostalgias sin brida
galopan en ida y vuelta.

Endecasílabo al uso,
esdrújulas, agudas, llanas,
incumplo según mis ganas
sin que ello sea abuso.

Con una pluma en la mano
impregnada en buena tinta
escribo con acento en quinta
y me quedo tan ufano.

Sonetos que son sonitos
en suspirillos del alma, 
¡qué nadie pierda la calma,
a veces me quedan bonitos!

Pido perdón a los sabios
que escriben según las normas,
pero tengo mis resabios
cuando me aprietan con hormas.

Seguiré escribiendo así,
pues no sé de otra manera,
tengo un máster de madera
que me costó un potosí.

No es de esa universidad famosa
con nombre de rey emérito, 
el mío tiene más crédito
y su forma es más hermosa.

¡Me estoy enrollando mucho...!
Sólo quería decir
que en esto del escribir
las reglas son para el ducho.

Impersonem.