miércoles, 21 de abril de 2021

SIN ÁNIMO DE PINCHAR(ME).

 



De Julo - Trabajo propio(Selbst fotografiert, aus de:wiki, Fotograf oder Zeichner: 

Dr. Henning Krämer, Geesthach), CC BY-SA 3.0, 
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=482662

 

 

El vendedor de vacunas

nos ha engañado un poco,

yo me estoy volviendo loco

con los trombos de algunas.

 

Aprobadas con urgencia

como remedio avanzado,

el público, esperanzado,

puso su fe en esta ciencia.

 

Y empezaron a opinar,

con estadística en mano,

que, aunque muera algún humano,

es más seguro vacunar.

 

Yo la tal seguridad

la tengo puesta en duda,

la vacuna está más “cruda”

que la cruda realidad.

 

Yendo de trombo en trombo

y cambiando la franja de edad,

lo que ha muerto es la verdad

y el virus sigue en el bombo.

 

Los virus y sus variantes

son como la lotería,

y, aunque suene a tontería,

siempre hay boletos bastantes.

 

Prudencia piden mis canas

y extrema ponderación,

de acudir a la vacunación,

por ahora, no hay ganas.

 

Yo no soy antivacunas

ni fan de negacionistas,

pero hay "afirmacionistas"

mirando dedos y no lunas.

 

Quieren justificar riesgos

basándose en la estadística,

me temo que esa logística

no aprecia muy bien los sesgos.

 

Si puestos a comparar,

ha de ser entre vacunas,

y si trombos dan algunas

debiéranse retirar.

 

Cabría decir más cosas

sobre este vírico tema,

todas ellas del sistema

que nos impone sus losas.

 

Pero he de terminar

este poema tan raro,

no sé si ha quedado claro

lo que he querido expresar.

 

Impersonem.