Investigad, investigad la hacienda
exégetas de la Ley,
velad por la tutela de la moneda,
y cuidad que no se esconda en la chaqueta
del cambista o del recaudador,
o se extravíe entre los papeles del administrador.
Enseñad al ciudadano a pasar un rato divertido
haciendo la declaración de la renta,
que estos no tengan que ir a preguntar
a los gestores e intelectuales
el nombre de las cosas o la razón de ellas,
o si no, cambiad el letrero de “impresos”
por el de aquí hay “crucigramas” y “rompecabezas”.
Dejad de perseguir al pobre
que cumple con urgencia
con el deber de entregar lo exigido
y hurgad en los bolsillos
de ricos y hacendados
(y de otras castas que saben
cómo intercambiar cromos)
y en la trastienda que se han montado
en esos países
donde la palabra impuesto
no tiene significado.
Investigad, investigad según lo expuesto
y veréis como encontráis lo que nos falta,
pues, si el vil metal es "líquido elemento"...
¿Cómo es posible que se haya vuelto gaseoso?
Impersonem.
