Imagen obtenida en Wikipedia.
Era quince de febrero,
después
de una noche helando,
cuando
la piel del guerrero
se
estrelló contra el asfalto.
El
agua salió de dentro
de un
sótano que, inundado,
tenía que ser drenado
para
evitar desperfectos.
No
estuvo el tiento en el plan
y el pensador
hizo un yerro
provocando
unas heridas
que en
el futuro influyeron…
El
destino pone pistas
a la
orilla del camino,
pero
no quita las trampas
que se
esconden en el mismo…
Lo que
pasa tiene causas
y
produce sus efectos
démosle
al tiempo sus pausas
y al
querer nuestros afectos;
y a
los sueños sus espacios;
y a
las prisas sus despacios;
y a
cada paso su peso;
y al
camino su valor.
Impersonem.
La vida nos hace tropezar, aunque hay que seguir caminando.
ResponderEliminarMe alegra que hayas vuelto a publicar.
Besos.
Y el descuido de algún "viviente"...
EliminarMe alegra verte por aquí...
Abrazo
Todo
ResponderEliminarA su tiempo
Saludos
Parte en el tiempo de cada cual... experiencias de vida con resultado de futuro... y modificaciones de expectativas...
EliminarAbrazo.
Acabaré pensando que el destino es de todo menos gracioso.
ResponderEliminarAl menos en mi caso.
Saludos.
El mío tiene sus altos y sus bajos... no debo quejarme mucho, ero a veces este guerrero desarmado las ha pasado canutas... pero la vida sigue y quiero saber que me guarda mi sino un poquito más adelante... en este tour de la experiencia, quiero, como mínimo, terminar cada etapa, aunque sea en último lugar... mis fuerzas están más para bajar puertos que para subirlos, y llenear contra viento y marea cada vez me cuesta más, pero hay que seguir pedaleando mientras el cuerpo aguante una pedalada más...
ResponderEliminarAbrazo