A VECES...

 

A veces yo me asomo a la ventana…

veo pájaros que vuelan

y se posan en mi alma,

y después de recibirlos

les acaricio las alas,

pero me da miedo

que se hieran en sus patas

con las espinas que el tiempo

ha clavado en mis entrañas.

Ellos, con su trino, me dicen:

tranquilo ¡no pasa nada!

y con su pico me ofrecen,

del olivo, paz en rama.

Mi corazón se emociona

y mis lágrimas me bañan,

así dreno yo mis penas

por la ventana mirando

cielo, tierra, vida y pájaros,

con la vista en la memoria

repasando mis nostalgias

y acariciando mis alas

que me las siento atrofiadas,

hace tiempo que no vuelo,

voy de la lágrima al duelo

y mis desconfiadas fuerzas

apenas encuentran consuelo

en nada de lo que hay en la Tierra

y en nada de lo que ofrecen

los que nos venden el cielo.

Impersonem.