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Diles, diles a los dioses
que la vida se ha puesto difícil;
que la usura cotiza en bolsa;
que la mierda nos gana el
terreno;
que la lluvia se ha vuelto muy
ácida;
que tenemos suficiente veneno
de cosecha y de granja
para dar de comer y beber a
los cuerpos.
Diles, diles a los dioses
que esta bípeda especie,
productora de estiércol, gases
y armas,
hace tiempo que ha herido de
muerte
el cuerpo de la madre Tierra;
el vientre de la Pachamama;
el alma de Gaia.
Diles, diles a los dioses
que el plástico desechado
está ahogando los mares;
que la vida marina
está siendo enredada
por redes de arrastre
acercándose, cada día,
a un anunciado desastre.
Diles, diles a los dioses
que, entre hambre, epidemias y guerras,
el futuro es un gran dilema
para toda la humanidad;
un grave problema
que, si no se resuelve,
tendrá un final fatal.
Diles, diles a los dioses
estas cosas y otras más…
Y si tienen un buen día,
y te quieren escuchar,
tal vez logren arreglar
todo lo que ha roto
nuestro humano transitar.
Impersonem.