Imagen de Wikipedia.
Hoy
fui a una tienda
de
prendas de segunda mano,
miré,
vi y compré
un
viejo sombrero barato;
al
ponérmelo en casa,
salieron
de él
una
liebre y un gato;
al
instante regresé a la tienda
a
protestar por el susto y el trato…
me
dijeron que había cubierto
la
cabeza de un famoso mago
y que,
tal vez, en su último truco
se los
había dejado allí olvidados…
Satisfecho
con la explicación,
volví
para casa, me senté en el salón,
y
metiendo la mano en el viejo sombrero,
buscando
con tacto y esmero,
del
viejo mago encontré el corazón…
Ahora
llevo el sombrero conmigo;
en él
guardo mis propios sentidos
y, a
veces, cuando estoy dormido,
entro
y salgo a través de él
en el
mundo perfecto
en el
que alguna vez he vivido.
Impersonem.
La puerta sobre la cabeza te hace ser único por tener tan valiosa pieza
ResponderEliminarSaludos
Las puertas dimensionales seguro que existen, pero no sé dónde están... esta asombrerada sólo me funciona en sueños...
EliminarAbrazo
Jo...
ResponderEliminarLo bordas.
En serio, sin halago alguno.
El poema tiene ritmo, es gracioso y hace pensar.
Un aplauso para ti.
Saludos.
Gracias Toro, no pasa de ser una ocurrencia en un momento dado... y salió así
EliminarAbrazo
Qué gran salto ese sombrero. Hay que tener cuidado, no sea que algún día no se regrese y se pase a la propiedad del siguiente dueño...
ResponderEliminar¡Ya ves, todo un lujo! jejejeje Es un riesgo que tendré que correr si quiero darle esa utilidad dimensional... pero me da a mí que el sombrero se pasa mis sueños por el forro (broma).
EliminarAbrazo
Hiciste una compra envidiable. Yo acostumbro a llevar gorras y algún que otro sombrero, pero no los conozco de esa guisa...
ResponderEliminarSaludos
No está mal... casualidad, jejeje. Bueno, bromas a parte, sólo es una ocurrencia de un momento dado y decidí escribirlo así...
EliminarAbrazo
Me impregno de vos cuando te leo
ResponderEliminarsaludos desde la orilla del mar en Miami
Saludos Recomenzar, sólo vierto mis opiniones como mejor sé, y no es mucho lo que sé...
EliminarGracias.